El significado puede variar de acuerdo al lugar del mundo y al contexto para el que aplica, pero en este caso, se trata la definición de oración de sanación; se trata de la acción que ejecutamos para pedir que se nos escuche en lo alto del tercer cielo, en el trono del Dios padre todo poderosos; es la acción de fe más antigua de la historia.
Hablamos de un grito de suplica, con verdadero brío, ejecutado por uno o muchos individuos, aplica para protestar, para exigir, para reclamar, para pedir, para exhortar, para enseñar y para todo lo que se necesite, hablamos de clamor popular cuando los gritos de la multitud apabullan un artista o una figura política, hablamos de clamor por dolor cuando nos afecta enormemente una dolencia.
Origen y Significado Religioso del clamor
La palabra clamor se origina del latín y su significado original es grito, grito de dolor por una perdida, gritos que expresan un reclamo por una injusticia, gritos de amor por una madre dolorida, hablamos de un verdadero dolor expresado, y así se diferencia de una ponencia, de una conversación, de una voz alzada para manifiesto o de la confesión, reconocemos un clamor cuando la voz no causa otra cosa más que angustia y aflicción.
Seguramente hemos escuchado en algunos lugares del mundo llamar clamor a la ejecución del toque de campanas de los templos religiosos cuando alguien muere o es asesinado. También la unión de las voces u opiniones de muchas personas con un mismo propósito se llama clamor.
Toma fuerza a medida que más personas se sumen a la causa. Términos más coloquiales indican que en España en la población Aragon, a los riachuelos o pequeños ríos formados por lluvias violentas se les llama clamores.
Es sinónimo de ruego y se realiza con verdadero frenesí, no fingido, sino verdadero y autentico, desde lo profundo del alma y del corazón, sin importar cuanto ruido se hace, cuantas lágrimas se derraman, cuantos sentimientos puede infundir en quienes lo presencian-
Un clamor a Dios o por un dolor verdadero no es un espectáculo, es una expresión natural y muy humana, antigua e instintiva, es un sentimiento primitivo que saca de nosotros lo que verdaderamente sentimos, lo que verdaderamente anhelamos y deseamos, para concluir podemos decir que Dios nos escucha por igual pero un clamor no se puede ocultar ni fingir, no se puede callar ni esconder.