La lucha de los judíos por conservar sus creencias y su cultura ha sido incansable, tanto así que se ha visto rodeada de actos crueles de señalamiento que han cruzado los limites de la cordura tal y como es el caso del genocidio comandado por Hitler del que fueron objeto. Para encontrar los orígenes del odio contra los judíos es necesario retroceder bastante en el tiempo, pues lo cierto es que la hostilidad hacia este grupo social es bastante antigua ya que alberga prejuicios tanto religiosos como raciales y étnicos.
A partir de la consolidación del concepto de antisemitismo se afianza mucho más el rechazo a los judíos, dejando en evidencia un odio que si bien se ha manifestado de distintas maneras a lo largo de más de dos mil años, no deja de causar inquietud pues sus razones no son del todo claras para muchos.
De dónde viene la hostilidad hacia los judíos
Puesto que la diversidad humana se expresa a través de las diferentes culturas, la condición judía pareciera ser rechazada de todas las maneras posibles dejando ver una serie de sucesos que históricamente parecieran tener un inicio luego de que la iglesia los hiciera responsables de asesinar al Mesías. Los romanos por ejemplo, los acusaban de bárbaros a causa de su tradición de imponer la circuncisión y de prohibir comer carne de cerdo, costumbres que despertaron intolerancia y variados episodios bélicos.
Perseguidos por acusaciones falsas que aseguraban que se dedicaban a profanar hostias y hasta a realizar rituales que implicaban el asesinato de personas, poco a poco las prohibiciones para que los judíos llevaran una vida normal aumentaban, tanto así que no tenían permitido desempeñarse como soldados o abogados. Tiempo después, el aborrecimiento que provocaban dejó de ser exclusivamente religioso y trascendió al punto de estigmatizarlos por el éxito que demostraban en el aspecto político y económico.
El acoso a los judíos
El punto más álgido del acoso que vivían ocurrió en medio de la Rusia comunista cuando Adolf Hitler decidió elaborar su proyecto político teniendo como base el antisemitismo. Afirmando que los hebreos fueron culpables de que Alemania perdiera en la Primera Guerra Mundial y que por consiguiente debían compensar los daños, se emprendió una campaña en la que se manifestaba que la mejor solución era su exterminio.
Es entonces cuando Europa rechaza a viva voz esta cultura y de manera calculada e inhumana se acaba con la existencia de seis millones de judíos.