Definidas como masas visibles que se suspenden en la atmósfera, las nubes que se observan en el cielo, corresponden a hidrometeoros compuestos de vapor acuoso que logran dispersar la luz visible y, por tanto, lucen blancas a la vista.
Revelando todo tipo de formas que sin duda abren paso a la imaginación, las nubes son parte activa de un proceso meteorológico crucial para la vida equilibrada del planeta; en cuanto a su formación, esta ocurre a partir del aire húmedo y caliente que se eleva desde la superficie hasta la atmósfera y que posteriormente se condensa.
Tipos de nubes
Lo cierto es que existen muchas clasificaciones para las nubes, algunas tienen que ver con su tonalidad, con la forma o simplemente con su ubicación.
- Nubes altas: son las que se encuentran por arriba de los 6.000M, de esta categoría hacen parte los cirrocúmulos, que asemejan pequeñas motas de algodón, los cirrostratus que son bastante transparentes y los cirrus, bastante parecidos a plumas sedosas.
- Nubes medias: por encontrarse entre los 2.000 y los 6.000 M son las que se observan justamente desde la ventana de los aviones. Aquí se disponen los autocúmulus y los altostratus, estos últimos muy parecidos a una manta de color gris.
- Nubes bajas: se encuentran entre los 0 y los 2.000M, cúmulos, cumulonimbus, stratocúmulos y stratus, cumplen con las características para hacer parte de este subgrupo.
Cabe anotar que las nubes que se muestras exageradamente bajas y que, por lo mismo, casi que hacen contacto con la tierra, son las que pasan a ser llamadas neblina.