Los Castrati, cuyo nombre provenía del singular castrato, palabra proveniente del italiano y que tiene como significado castrado, formaban parte de una historia no sólo oscura, sino también triste, estos personajes eran niños cantores sometidos a la cirugía de castración, proceso en el que se eliminaban los testículos para no producir hormonas masculinas, de esta manera conseguían que los niños conservaran su voz aguda antes de entonar melodías.
La época dorada de los Castrati fue vivida por los mismos, durante el siglo XVII, años en los cuales consiguieron un éxito enorme por toda Europa, no sólo para ellos, sino también para la ópera, sin embargo, la castración con fines artísticos se practica desde el año 400 d.C y es precisamente esta fecha la que fue tomada como punto de origen de la castración.
Este tipo de castración se practicaba con la finalidad de fomentar voces delicadas como si se tratase de una mujer, pero físicamente eran hombres; según algunos historiadores los eunucos también eran sometidos a esta práctica y a raíz de ello podían ser animadores de emperadores y emperatrices pertenecientes al antiguo Imperio Romano.
La castración con fines musicales se siguió practicando hasta principios del siglo XI, momento en el que ocurrió la Cuarta Cruzada y no se volvió a saber más nada de este grupo de cantores, hasta el siglo XVI que resurgieron con más fuerza, por el aumento del interés del público por la ópera y por la prohibición del Papa de la presencia de cantantes femeninas en los escenarios o iglesias.