De uso masivo en varios países del mundo y prohibido en Estados Unidos por estar asociado al surgimiento de la agranulocitosis (pérdida severa de glóbulos blancos debido a daño en la médula ósea), el metamizol sódico es un medicamento de alta demanda gracias a sus tres grandes acciones: es analgésico, antinflamatorio y antipirético, adicionalmente, se suele vender sin receta médica y, de hecho, es bastante económico.
Para entender con claridad qué es el metamizol sódico, es importante anotar que el metamizol y la dipirona son lo mismo, lo cual facilita estipular que se trata de un fármaco perteneciente a la familia de las pirazolonas con un principio activo que se presenta en forma de metamizol sódico o metamizol magnésico; si bien algunas veces se le compara con el paracetamol, la verdad es que el metamizol es totalmente superior llegando en algunos casos a ser mejor que la morfina.
¿Cómo se toma el metamizol sódico?
Gracias a sus distintas presentaciones, soluciones inyectables, supositorios, comprimidos y jarabes, la administración del metamizol sódico puede ser oral, rectal e inyectable, presentando un rango de frecuencia que en adultos se establece en 300mg 1 a 3 veces al día, sin superar los 3g diarios y para niños de 7 a 25 mg por kilogramo de peso, teniendo cuidado de no superar los 40mg por kilogramo al día.
Cuando se opta por una solución inyectable la aplicación puede ser intramuscular o por intravenosa, es esencial vigilar que la aplicación se efectúe de manera lenta ya que, de lo contrario, la presión sanguínea puede caer. Nunca será una buena idea mezclar el metamizol con otros fármacos en la misma jeringa, pues la posibilidad de incompatibilidad es demasiado alta.
Precauciones y restricciones de uso
Este medicamento no es recomendable cuando la mujer se encuentra en embarazo, debido a que puede ocasionar serios problemas al feto, de igual manera, si la madre está amamantando, lo mejor es consultar con el profesional de la salud antes de tomarlo.
Salvo si el médico así lo ha indicado, lo mejor es no usar supositorios o cualquier clase de presentación de este fármaco en niños menores de 3 años o que pesen menos de 5 kilogramos. Durante el tratamiento, no se debe consumir alcohol, debido a que sus efectos se disparan, si la persona sufre de hipotensión, lo mejor es que busque otra alternativa.
Los pacientes con síndrome conocido de asma o intolerancia por analgésicos no narcóticos: paracetamol, ácido
acetilsalicílico o antiinflamatorios no esteroideos, deben abstenerse.