Existen emociones que al manifestarse generan estados de bienestar y favorables para la salud de cualquier persona, sin embargo, también existen otras tantas que pueden generarnos malestares, enfermedades, afecciones o dolencias. La inteligencia emocional tiene que ver precisamente con el cómo gestionar los sentimientos y emociones para promover el crecimiento y desarrollo personal.
Desde esta óptica la inteligencia emocional implica: percibir, aplicar, comprender y regular de forma eficiente las emociones. Estos cuatro procesos están estrechamente relacionados y cada uno se sustenta en el anterior. No sucede uno sin que el otro se haya dado. Las personas con buena inteligencia emocional son empáticas y se les hace más fácil relacionarse con pares. Por lo general son más creativas.
Beneficios para la salud
- Las personas emocionalmente inteligentes tienen relaciones interpersonales más satisfactorias y de mejor calidad.
- Previene y disminuye la aparición de trastornos mentales o psicológicos (depresión, ansiedad, paranoia).
- Protege ante la aparición de trastornos psicosomáticos.
- Las personas que se sienten bien tienen más habilidades en lo que se refiere al razonamiento lógico inductivo.
- Las personas con una buena inteligencia emocional por lo general son más exitosas en lo laboral y eso impacta de manera significativa y favorable en su autoestima y autoconfianza.
- Las emociones positivas previenen enfermedades, malestares o dolencias.
- Se atribuye poder curativo al apoyo emocional recibido por pacientes con enfermedades crónicas o terminales.
- Contribuye a tener un mejor control y manejo de la ansiedad y el estrés.