De textura gomosa y olor bastante semejante al regaliz, el ajo negro es una versión fermentada del ajo blanco, proceso que le permite elevar considerablemente su potencial y ser propuesto como un super alimento que sencillamente no debería faltar en la ingesta de comida diaria. Acudiendo a sus muchos beneficios, las diferentes investigaciones han establecido que el ajo negro y la diabetes tiene relación por esta especia definitivamente dispone de los componentes requeridos para el tratamiento de esta enfermedad.
Puesto que son muchas diferencias que se encuentran entre ajo común y ajo negro, empezaremos por aclarar que el ajo negro proviene de Asia y para lograr su transformación no se emplean químicos, el secreto se encuentra en los ambientes controlados que a partir de condiciones específicas de humedad y temperatura se prestan para su adecuada elaboración.
Ajo negro para las complicaciones de la diabetes
Si bien todos los tipos de ajo son de gran beneficio para el organismo, una variedad como lo es el ajo negro, se ha instituido como la mejor alternativa para tratar las complicaciones que se derivan de la diabetes, esto gracias a que provoca una reducción del azúcar en sangre y adicionalmente mejora los niveles de insulina.
Con efectos antioxidantes multiplicados por diez, tomarlo en ayunas o simplemente incluirlo con mayor frecuencia en las distintas preparaciones y recetas, corresponde a empezar a disfrutar de sus ventajas sin tener que preocuparse por el fuerte olor que acompaña el ajo blanco.
El poder de la fermentación
Fermentar el ajo blanco es lo que permite que hoy en día podamos tener acceso a este producto de particular tonalidad, es así como este ajo pasa a tener una mayor presencia de compuestos sulfurosos hidrosolubles únicos que disparan sus efectos positivos dejando de ser tóxico en dosis altas como si puede ocurrir con el ajo común.
Sin interacciones negativas con otros comestibles y con la ventaja de que se puede conseguir la versión natural o las cápsulas de ajo negro, la popularidad de esta especia va en un notable aumento ya que además de la diabetes se ha comprobado sus efectivas repercusiones en padecimientos tales el colesterol ato, infecciones, obesidad y alteraciones en el sistema inmunológico en general.
Lejos ya de su gusto fuerte, la fermentación garantiza sus propiedades curativas sin que el sistema digestivo deba pagar las consecuencias que si llegan con otras clases de ajos que se comen de manera tradicional.