Aquel manto blanco y frío que suele acompañarnos en invierno, suele generar en un principio gran expectativa y más tarde un poco de incomodidad ya que las vías y caminos parecen desaparecer y las bajas temperaturas tienden a enfermarnos. Sin embargo la nieve es hermosa y en ocasiones resulta tan cautivante que la idea saborearla aparece con total facilidad. Así las cosas ¿se puede comer nieve? esto es lo que vamos a descubrir en esta entrega.
Considerando que entre más fresca sea la nieve menos bacterias va a tener, al menos en las primeras doce horas después de que caiga esta idea no sería tan descabellada, pero veamos entonces esto con un poco más de detalle.
¿La nieve se puede comer?
Partiendo de que la nieve es el vapor de agua que experimenta una alta deposición en la atmósfera a una temperatura menor de 0 °C, y que posteriormente cae sobre la tierra en forma de pequeños cristales que se agrupan en copos, los contaminantes atmosféricos que absorbe durante su formación no llegan a ser más peligrosos que los del aire que respiramos con normalidad, por lo tanto no reviste peligro comer nieve de forma ocasional, eso sí sin abusar pues el organismo podría ser vulnerable a algún tipo de infección.
En algún tipo de caso urgente donde la persona se vea deshidratada y no exista una fuente de agua, no se debe comer nieve directamente ya que podría herirse los labios, en lugar de ello debería hacer lo necesario para derretirla.