Como parte del sistema inmunitario innato, los eosinófilos son leoucocitos que se derivan de la médula ósea y que resultan a partir de células madre para posteriormente migrar hacia la sangre. Desde allí, suelen dirigirse a órganos como el timo, el tracto gastrointestinal, las glándulas mamarias o el útero, aunque en algunas ocasiones pueden llegar también a otros tejidos si se produce una respuesta inflamatoria.
Al parecer, la producción de eosinófilos es regulada por los linfocitos T, asimismo, es propio indicar que estas células cuentan con un amplio listado de funciones en el organismo, de ahí que en caso de presentar un recuento de eosinofilos bajos sea tan necesario acceder al correspondiente tratamiento pues este cambio equivale a un desequilibrio que no debe ignorarse.
Funciones de los eosinófilos
En primera instancia, estas células son esenciales para la defensa contra infecciones parasitarias, de igual manera, se encuentran en la capacidad de regular la respuesta alérgica y las reacciones de hipersensibilidad mediante la neutralización de la histamina (qué es la que genera el proceso inflamatorio) por la histaminasa.
A causa de sus proteínas granulares pueden ejercer una función citotóxica, en general, las infecciones víricas y bacterianas encuentran grandes obstáculos en los eosinófilos ya que estos están totalmente a favor de mantener el sistema inmune en las mejores condiciones.
Valores de los eosinófilos
Su cantidad total en la sangre se calcula en 150 células/microlitro, constituyendo entre el 2% y el 4% de los leucocitos. Ahora bien, las altas y bajas en los valores de eosinófilos en sangre, tienen mucho que ver con la existencia de enfermedades subyacentes, pues su desequilibrio surge a causa de la sintomatología propia del malestar que se esté presentando en el momento. En el caso particular de los eosinófilos altos, se considera su existencia a partir de 400 o 450 por microlitro de sangre, se habla de casos más graves, cuando registran de 4.000 o 5.000 eosinófilos por microlitro.
Los eosinófilos bajos por su parte, se establecen cuando el conteo ronda los 50 por microlitro de sangre, una condición a la que denomina eosinopenia. Debido a que ambas son respuestas del organismo ante las afecciones del paciente, las señales para reconocerlas son muy complejas de establecer y es sólo mediante una analítica de sangre que se puede confirmar si han elevado o descendido para acto seguido establecer los pasos a seguir respecto a medicación y recomendaciones en cuanto a hábitos que permitan superar de la mejor forma el impase.