Cuando hablamos de lectura comprensiva, estamos haciendo referencia a ese tipo de lectura donde se involucran los conocimientos previos y se desarrolla la capacidad tanto de relacionar conceptos como la de sacar conclusiones bien estructuradas que permitan apropiarse de la información. Así las cosas, no se trata de algo que ocurra de la noche a la mañana pues lo cierto es que se precisa de algunas técnicas y de la mayor constancia posible para que esta pueda ser incorporada a la vida diaria como un hábito más.
Puesto que ahora hacemos parte de la llamada sociedad de la información, el desarrollo de la comprensión lectora es esencial para interpretar, reflexionar y poder elaborar criterios propios, veamos entonces unas cuantas maneras de estimular esta competencia.
Las mejores tácticas para una lectura comprensiva
Tal y como se muestra en estrategiasdelectura.com para adquirir esta destreza, lo propio es que antes de dar inicio a la lectura, la persona elabore una serie de preguntas previas para que así le resulte más sencillo establecer un objetivo. En este sentido se sugiere pensar un poco sobre el tema propuesto, los aspectos que abarca y aquello que concretamente se quiere aprender.
A medida que se efectúe la lectura, es adecuado crear imágenes mentales que favorezcan la memoria y la concentración, adicionalmente la formulación de predicciones para adelantarse a los hechos facilita el evaluar que tan eficaz está siendo la comprensión y por consiguiente el procesamiento de la información. Finalmente, nada mejor que pronunciar en voz alta un recuento de lo entendido, un ejercicio que puede ser complementado con la elaboración de gráficos o cualquier tipo de herramienta similar que ayude a plasmar ideas de manera organizada.
La importancia de los resúmenes y gráficos conceptuales
Darse a la tarea de aprender a hacer uso de recursos como los gráficos y resúmenes, es fundamental para potenciar la comprensión de lectura ya que en cuestión de 15 o 20 minutos el lector puede interpretar, crear una opinión y sintetizar dando paso a la llegada de la evaluación del proceso que se ha llevado a cabo.
Ya que ciertamente no se trata de leer por leer, es necesario ocuparse de estructurar muy bien esta actividad pues a medida que aumenta la edad y vamos llevando a cabo diversas labores, la lectura va adquiriendo mayor complejidad y los temas que se abordan dejan de ser tan sencillos como aquellos que se proponían por ejemplo en la primaria.