Calificada como la playa más contaminada del mundo, la bahía del caballo muerto en Nueva York llama bastante la atención pues además de representar un gran problema de contaminación consigue albergar gran cantidad de restos de naufragios, lo cual convierte a este particular lugar en una gran fuente de tesoros arqueológicos que por supuesto tienen muchas historias por contar.
Así pues, Dead Horse Bay a pesar de no ser propiamente un destino turístico, logra hacer parte de ese conjunto de cosas misteriosas que tiene Nueva York. Si bien la vía de acceso es algo complicada, encontrarse con una playa donde prácticamente no se ve la arena a causa de la acumulación de botellas de vidrio y demás elementos, es algo que estremece bastante.
La historia de la bahía del caballo muerto
De acuerdo a lo que se sabe sobre este sitio, fue aproximadamente a mediados de 1800 cuando se decidió bautizar la bahía con este particular nombre. La idea surgió gracias a que los alrededores estaban dominados por fábricas que se dedicaban a procesar los restos de los caballos con el objetivo de elaborar fertilizantes; recordemos que en esta época este era el medio de transporte predominante.
El área poco a poco se fue llenando con los restos industriales de dichas fábricas y por si fuera poco a esto debemos sumarle el que las corrientes marinas dejen justamente allí todo tipo de basura que personas irresponsables arrojan al mar. Es así como la gran acumulación de desechos mientras es vista como fuente de tesoros para muchos, es interpretada por otros como un verdadero desastre ambiental.