Encomendarse física y espiritualmente al Señor hace parte de las costumbres de todo cristiano, pues bien se sabe que la protección divina corresponde al escudo invencible necesario para alejarse lo más posible del mal. Pero como no todo se trata de pedir, emplear la oración de la mañana para dar gracias corresponde a un medio idóneo para reconocer los grandes dones que hacen parte de nuestra vida y dejar claridad sobre la prioridad que se le asigna al Señor sobre todas las cosas.
Puesto que las oraciones de la mañana resultan ser tan meritorias y significativas, dejan la puerta abierta para el acceso a una serie de beneficios que describiremos con más detalle a continuación.
Beneficios de emplear la oración para agradecer
La influencia transformadora que alcanza la gratitud hacia Dios probablemente pueda ser mejor dimensionada a través de los siguiente:
- Estado de ánimo positivo: las mejoras en este sentido se explican gracias a que la persona mediante esta sencilla acción estará mucho más consciente de todo lo bueno que le rodea, esto le ayudará a apreciarlo mucho más y a sentirse satisfecha.
- Motivación para alcanzar nuevos objetivos: la seguridad y la confianza que se desprende de lo que ya se ha logrado, facilita el atreverse a plantear nuevas metas que aunque precisen de un mayor esfuerzo corresponden a un desafío de gran expectativa.
- Valorar la vida: esto es sumamente importante ya que muchas personas al alejarse de la fuente de la espiritualidad empiezan a sobrevivir en modo automático olvidando por completo que estamos en la Tierra para ser felices.
- Bienestar: la renovación como resultado de tomarse un momento para orar y agradecer es algo real pues estamos hablando de estimular la disposición a no inquietarse por nada y recordar que Cristo siempre va a cuidar de nosotros.
La felicidad y el optimismo que se desprenden de agradecer
Olvidarse de lo que no se tiene y dar gracias por lo poco que pueda poseerse es el primer paso para hacernos mucho más optimistas y esta sin duda es la mejor actitud para que la vida no se convierta en una carga pesada imposible de sostener.
Por supuesto aprender a asumir las crisis y todo aquello que nos afecta desde lo positivo es algo que precisa de mucho trabajo, pero es también la mayor prueba de confianza y entrega al Padre, pues estar para sus hijos hace parte de sus promesas.