El frío gélido es a nivel de comprensión científica la ausencia de calor. Es a su vez la pérdida de la energía térmica y en si a lo que se le llama frío es a la sensación que percibimos a través de nuestro cuerpo, pudiendo ser muy peligroso para nuestra vida si no se tiene el cuidado necesario al exponernos al mismo. En especial cuando nos vemos cubiertos por éste en superficies altas y el oxígeno disminuye.
Lo más curioso del frío es que, a pesar de que no existe propiamente, se puede llegar a ver el efecto del mismo en todo el mundo, las especies que se adaptan al mismo y todas las repercusiones de este estado.
La respuesta humana ante el frío gélido
El frío gélido puede afectar e incluso cambiar el comportamiento del sistema nervioso, en nuestro organismo al estar en contacto con él recibimos la alerta de nuestro hipotálamo con una velocidad de respuesta casi inmediata, permitiendo que nuestro cuerpo busque la solución adecuada para adaptarse al frío.
Esta es la manera en que el cerebro activa las medidas para la supervivencia con las cuales es capaz de resistir el clima.
En la experimentación científica
Se han desarrollado experimentos con el frío durante años. Entre los más destacados tenemos el hielo seco, un tipo de hielo que usa particularidades tecnológicas para mantenerse emanando una especie de neblina y vapor pero conservando una temperatura de 85°.
A términos simples es gas congelado que el sólo contacto con el mismo puede causar quemaduras en el cuerpo.