Puesto que la misma evolución nos ha enseñado que el consumo de alimentos cocinados ha sido un eje central para el desarrollo del cerebro, la ciencia continúa preguntándose si bajo la idea de que se trata de algo natural, es realmente bueno o no para el ser humano optar por beber leche cruda y a este respecto, la verdad es que las investigaciones coinciden en que no es algo muy positivo que digamos a pesar de todo lo que se pueda opinar a favor.
Retomando lo trascendente del descubrimiento del fuego para la alimentación humana, el supuesto indica que de la mano de una buena cocción se encuentra la buena digestión, de manera que este sería un factor clave para una postura en contra de dicha alternativa.
Razones científicas para no consumir leche cruda
Considerando que la leche cruda no se encuentra sometida a ningún proceso de esterilización por encima de los 40 ºC, la decisión de ingerirla, aunque respetable, puede abrir la puerta para la llegada al aparato digestivo de organismos patógenos más que prestos para desencadenar distintas enfermedades tal y como es el caso de la fiebre de malta y la brucelosis.
Puesto que es completamente falso que el proceso de hervido afecte el valor nutricional de esta bebida, lo mejor y menos perjudicial es asegurarse de hervirla al menos unos tres veces antes de ingerirla, pues cabe señalar que este procedimiento tampoco es cien por ciento efectivo y sigue presentando algunas vulnerabilidades para la salud, aunque eso sí mucho menores que la leche cruda como tal.