El gusto es el sentido que le da las cosas buenas a la vida. La mayoría de las cosas que nos gustan pasan por nuestra boca, además, es nuestra lengua uno de los órganos más sensibles del cuerpo humano. El sentido del gusto nos permite percibir los sabores de cada una de las cosas que existen en el universo, cada cosa en el tiene un sabor peculiar y característico. Las papilas gustativas que hay en nuestra lengua, detectan los el sabor según los diferentes tipos; hay sabores amargos, salados, dulces y ácidos, los demás son variaciones o combinaciones de estos y ha tres tipos de papilas gustativas que detectan cada uno de esos sabores.
Las papilas filiformes son aquellas capaces de percibir los sabores salados y ácidos, mientras que las caliciformes, perciben los sabores amargos. La combinación de esos tres sabores arroja como resultado las comidas picantes. Mientras que las papilas fungiformes se encargan de percibir los alimentos dulces. Cabe destacar que no solo la lengua es capaz de percibir estos sabores, sino que también nuestro paladar cuenta con algunas papilas que nos permiten sentir alguno de ellos. Incluso, el paladar guarda algunos botones gustativos necesarios para activar los sentidos como el del gusto.
Aunque parezca sacado de una película de terror, es posible perder el gusto. Esto puede ocurrir parcialmente o de forma total. Algunas enfermedades como la Ageusia provocan la pérdida del sentido del gusto o en el mejor de los casos la falla del mismo. También hay otras enfermedades como la Disgeusia que es un trastorno que cambia el sabor a algunos alimentos y bebidas, este puede ser causado por depresión o algún otro estado psicológico. Por último está la Hipogeusia que provoca una disminución de la sensibilidad de las pupilas, las cosas saben más suaves de lo que realmente son.