Los ácidos grasos poliinsaturados son esenciales y no sintetizables por nuestro organismo y es por esa razón que los humanos necesitan un aporte exógeno que provenga directamente de la dieta diaria. Se distinguen fundamentalmente dos tipos de ácidos grasos poliinsaturados: Omega 3 y Omega 6.
Estos ácidos tienen la propiedad de disminuir los niveles de colesterol total y LDL. El Omega 3 cumple funciones cardioprotectoras gracias a sus componentes antirritmicos que mejoran la función vascular y descienden la presión sanguínea. Varios estudios demuestran una baja incidencia de enfermedades cardiovasculares ante el consumo recurrente de estos ácidos grasos.
Tipos de ácidos grasos poliinsaturados
Omega 3, ácido linolénico: Presente en los pescados azules y grasos, así como en aceites de pescado y marisco, además en los aceites de semillas y en verduras de hojas verdes.
Omega 6: presente en el aceite vegetal de semillas como girasol, cártamo, soya y maíz.
Beneficios del consumo de ácidos grasos poliinsaturados
Además de la modificación lípidica atribuible al consumo de ácidos grasos de omega 3, se dice que estos inhiben la agregación plaquetaria lo cual supone un impedimento en la formación de placas en la parte interna de los vasos sanguíneos y su adherencia al endotelio, protegiendo a las personas de enfermedades o padecimientos cardiovasculares.
Las investigaciones demuestran que poblaciones que consumen grandes cantidades de omega 3 y omega 6 presentan baja incidencia de cardiopatías o enfermedades vasculares, por lo que se sugiere la ingesta diaria de al menos 2.5% del aporte calórico.