Al ser la leche materna un alimento tan completo es bien sabido que la recomendación de amamantar al bebé se ha difundido de todas las maneras posibles pues este acto representa una buena serie de beneficios tanto físicos como emocionales entre los que se cuentan desde el aporte de defensas para el sistema inmune del pequeño hasta una herramienta para fortalecer el vínculo entre madre e hijo.
Esta trascendencia ha hecho que las madres desde el mismo embarazo empiecen a informarse sobre todo lo concerniente a este acto de amor e inicien la búsqueda de todos esos posibles elementos que pueden ser de ayuda para facilitar este proceso, es así como bien sea en original baby o en diversas tiendas especializadas se puede acceder a esos instrumentos adecuados para garantizar una adecuada lactancia.
Populares mitos de la lactancia
La tradición popular sin duda ha influido para que se asuman como verdades cosas que definitivamente no lo son, veamos las más recurrentes.
- Algunas mujeres producen leche de mala calidad y es mejor que se abstengan de amamantar.
- Las madres que dan pecho acostadas incrementan las posibilidades de que su hijo manifieste infecciones de oido.
- Aquellos bebés que reciben leche materna tienen una mayor tendencia a presentar cuadros de obesidad infantil.
- El tamaño de los pechos de una mujer es lo que determina si será o no buena productora de leche.
- Una vez el bebé prueba la leche de tarro ya no se le puede volver a dar la del pecho.
- Cuando la mujer produce una leche muy aguada es imposible que el niño se llene.
Verdades sobre amamantar
Amamantar es una acción que precisa de paciencia y acompañamiento de alguien bien informado para que ambos protagonistas se adapten favorablemente, el tema de los pezones doloridos y las grietas en los pechos si ocurre pero puede evitarse aprendiendo a identificar la postura adecuada para la colocación del niño.
De la frecuencia con la que se coloque a mamar al niño es que depende que la mamá sea una buena productora de leche, así que esto no debe asociarse con factores hereditarios o con la alimentación. La tranquilidad de la madre y la buena disposición juegan un papel importante para permitir que el niño a su ritmo vaya familiarizándose con esta nueva forma de obtener alimento, el pequeño también será el que marcará la pauta sobre la frecuencia con la que se le debe dar pecho, lo importante es tener claro que no siempre el llanto será signo de hambre.